El más leve dolor
en la sangre
el temblor de vidrio en las manos
que cruza el silencio/el refugio
el más leve sendero
en el nervio
que bifurca la roca
los lamentos sobre el muro
oh! dios!
sobre cada fantasma
en mi cerebro
sin brújula
un silencio de papeles
corta la sombra:
a partir de aquí no hay nada
tal vez una rodilla hincada en el barro
el aliento expirado
húmedo
que draga el aire
tal vez el comienzo del salto
el brillo que hiere la retina
allá lejos
como ese humo de la boca
imposible
denso.
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