Apunta a un blanco
ancla la mira
contiene el corazón esos segundos
hasta que llega el rumbo
un silencio de cenizas
raspa el ojo atento
cuelga una hoja
vuela un árbol
el arma en péndulo bordea la sombra
de la boca al pecho
una cruz de vidrio
talla una muerte
y algo explota
sale de la mano cerrada
rozando el aire
impacta en la sien y cae
como una piedra sobre el agua
apunta al blanco
yermo
y anuncia el arma vacía
reluce, por fin
de lejana soledad
sobre el corazón
del árbol que ha caído.