Me arrojo
al dorso
mientras el golpe del remo
hiere el agua
a la deriva
ciego
me precipito sobre el cielo
me guía el ocaso
el frío de la cara
la certeza del aire sobre mí
mi sombra
de este lado
sumergido
mi brazo busca
brota
clama la mordida del remo
ya me voy
me buscan.
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