Y yo yacía
todo viento había soplado
toda boca dicho
a los lados
en la piel
una vertiente a la sombra de mi
hacía el intento
despertaba partes
golpeaba cuerdas vocales
largos bastones de ciego
tanteaban el suelo
un hilo de voz
alguna mente en blanco
y yo yacía
era un hechizo
entraban por los ojos
luces de noche
un lugar a donde ir
una fisura
la sombra apenas apoyada
ganando en altura
así yacía
con pocos frutos
pocas piedras en la mano:
nada a cambio.
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