domingo, 21 de septiembre de 2008

Vi venir


Vi venir los árboles:

el estallido de una calle serpenteando frente a mi

vi el hierro de mis manos con su sangre gris

cuando alimentaba viejos pájaros callados

 

vi un montón de hojas secas

al ras de la tierra

sólidas hojas de otoño volviéndose polvo

 

vi el otoño avanzar y sofocar el fuego de la tarde

tapiar de muros marrones el aire inclemente

 

me vi buscando los retratos del pasado en la hojarasca:

mi mano tocaba el borde de las hojas

como si fuese el árbol intentando retornarlas

 

me vi reconstruyendo lo dormido

sin dioses que invocar en la penumbra

me vi correr enorme

sobre la sinuosa duna de la niebla

 

Estaba triste – me parece –

declamaba flores viejas en el aire

                                                        con el gesto de la mano.

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